Muka Arquitectura transforma una vivienda compartimentada y con muebles muy anticuados en un espacio moderno, diáfano y lleno de luz. Una intervención que, a través de sencillos gestos, una paleta de colores y materiales muy reducida y una cuidada iluminación, consigue una vivienda acogedora y diáfana, caracterizada por una gran limpieza espacial.
ANTES: La excesiva fragmentación de la planta original dificultaba el entendimiento de la casa como un todo unitario.
Para lograr la sensación de amplitud y luminosidad deseada, los arquitectos eliminaron toda la tabiquería interior, así como los revestimientos y el mobiliario existente.
La reducida paleta de materiales empleada –pavimento de madera laminada de roble blanqueado y revestimientos de pladur acabado en blanco en paredes y techos, donde se empotran las luminarias y las rejillas lineales de ventilación– potencia la sensación de continuidad en la vivienda.
ANTES: La cocina, abierta al patio y plagada de muebles y electrodomésticos, se había quedado obsoleta y pequeña. La pareja quería un espacio amplio y moderno donde poder trabajar cómodamente, ya que son grandes aficionados a la cocina.
DESPUÉS: Perfectamente integrada en el espacio principal del salón-comedor y diseñada por los arquitectos, la cocina la ha fabricado Almacenes Poveda. Organizada en torno a una gran península de trabajo, y en línea con el resto de la casa, se ha optado por una campana empotrada en el falso techo que respeta la limpieza espacial de la intervención. Frente a ella, y diseñada por el propietario de la casa bajo la supervisión de Muka, la sobria y elegante mesa del comedor destaca