El proyecto se presenta como un objeto más en el lugar y enfatiza los elementos naturales existentes. Se levanta únicamente una planta para que adquiera un carácter extensivo adecuándose a la vegetación y curvas de nivel de la parcela, ofreciendo unas cualidades volumétricas y espaciales diferentes. Su posición en esquina enfatiza su mayor presencia urbana hacia el viario público. Contra el volumen compacto, la casa se extiende por la parcela para separarse de los linderos y permitir así la presencia de vegetación en toda la casa. Evita ver y ser vistos desde los laterales de las viviendas colindantes para mirar a la Sierra de Madrid. La clara direccionalidad de la pieza permite que se adose y entierre parcialmente la casa en el terreno desde la fachada trasera, aprovechando el muro de 1,7o metros levantado para contener las tierras en la pista de tenis.