Estéticamente se ha buscado la integración en el paisaje, y lograr ese aire rústico propio de las construcciones del lugar, todo ello sin renunciar a la vanguardia y modernidad.
La cubierta se realiza con chapa metálica de zinc, en armonía con la fachada en madera (con tratamiento de autoclave). Se ha elegido este material para enfatizar esa relación con el interior de la vivienda, la mayoría de los paramentos se revisten con madera, eligiendo un tono más cálido.
El resto de la parcela se ha diseñado en consonancia con la vivienda, buscando actuaciones que preserven ese carácter rústico y se integren en el paisaje.