La vinculación entre el mar y la tierra en una isla es un tema muy sugerente para proponer el diseño de este restaurante ubicado en el límite entre ambos. El proyecto navega entre una condición náutica y matérica, entre los nudos y las sogas de las embarcaciones y la vegetación de la isla. Entre tanto, el mobiliario ha sido diseñado para subrayar el mundo vegetal mientras que los techos continúan inspirándonos sobre la esencia del mar, visible además desde el gran ventanal de la terraza que comunica el paseo de las grandes embarcaciones y yates. Un mundo que, como el mar, presenta el día y la noche como dos caracteres muy diferentes que se perciben así a través de la alternancia entre luz natural y artificial.