El conservatorio pretende dar respuesta a la cuestión urbana que supone la inclusión de una nueva pieza junto a las ya existentes, proporcionar una imagen que reconozca el uso del edificio y sirva de referente formal en el entorno más próximo. Además, el alumno que asiste a las clases accederá al conservatorio bajo el auditorio, siendo un referente y símbolo diario, el objetivo que alcanzar durante los largos cursos.
Recuerda al futuro músico cuál es su sala, la última, el auditorio, el último escalón de un largo camino.
En su interior, la distribución concatena dos patios conectados por la cafetería. El patio más próximo al viario se relaciona con las salas de audiciones desde una vinculación más doméstica, donde la relación interior-exterior adquiere el máximo significado creando unas salas amables de luz, relación con la vegetación y, por tanto, dotando de una mejor calidad espacial que favorezca la música.